martes, 30 de octubre de 2012

LAS EMPLEADAS DOMÉSTICAS, ¿UN “NO-ACTOR” SOCIAL?


"Un elemento de explicación del espacio insignificante que tiene el servicio doméstico en la sociología del trabajo latinoamericana proviene de la dificultad de integrar el tema de las empleadas domésticas a una problemática centrada en los “actores sociales” y, más generalmente, en los movimientos y los conflictos sociales. En principio, la acción colectiva de las empleadas domésticas es extremadamente rara, incluso si uno se limita a indicadores como la afiliación a un sindicato. Por supuesto, los sindicatos existen, pero
agrupan un número muy limitado de empleadas domésticas,32y son percibidos más como prestatarios de servicios (para encontrar un empleo, y sobre todo para defenderse ante una denuncia) que como lugar o medio de movilización colectiva. Y no se conocen manifestaciones importantes de empleadas domésticas en la década pasada.
Las razones de esta débil participación en movimientos colectivos tiene que ver con el aislamiento en el que se encuentran las empleadas domésticas en sus lugares de trabajo. El trabajo doméstico está encerrado entre cuatro paredes y, por ello, decretado invisible; y cuando las empleadas domésticas salen de esos muros, es para negar lo que son, tanto en sus discursos como en su apariencia (la mayoría de las empleadas domésticas que hemos encontrado en fin de semana eran, en cuanto a la vestimenta, el peinado, el maquillaje, absolutamente semejantes a cualquier joven de las “clases medias inferiores” como se suele decir en Brasil. Algunas gastaban hasta la mitad de su salario en ropa y cosméticos)."

(Lautier, B. Revista Mexicana de Sociología, Mexico. 2003)


No hay comentarios: